El Día de Acción de Gracias como lo conocemos hoy ha sufrido muchas permutaciones. A lo largo de los siglos, el significado de la fiesta se ha disparado para incluir todo tipo de tradiciones: visitas familiares, fines de semana largos y perezosos, partidos de fútbol, desfiles, acertijos de viaje, películas navideñas, trotes de pavo, decoraciones festivas y, por supuesto, la fiesta.
Aunque muchas personas esperan con ansias estas tradiciones de Acción de Gracias, otras no tienen la misma consideración positiva por la festividad. Para muchos indígenas, la versión higienizada de la historia de la festividad está lejos de ser una celebración. Y para muchos otros, anticipamos las vacaciones sintiéndonos ansiosos, abrumados, tristes o albergando una sensación de pavor.
Especialmente para aquellos que atraviesan la recuperación del trastorno alimentario o la recuperación del abuso de sustancias, el Día de Acción de Gracias puede generar muchas emociones y desafíos. La comida, la bebida, la familia y los amigos pueden abarcar aspectos bienvenidos de las vacaciones o pueden sentirse como una carrera de obstáculos. Cuando la dinámica de las festividades se sienta abrumadora, considere dar un paso atrás para reflexionar sobre el verdadero significado de este día.
A pesar de los adornos modernos de la festividad, un aspecto del Día de Acción de Gracias permanece siempre presente. En esencia, la fiesta es una celebración de gratitud. Para celebrar la gratitud no hace falta un festín, mucho menos un desfile retransmitido, un partido de fútbol o jerseys ridículos. Todo lo que tienes que hacer es dar gracias. Nada más y nada menos.
Tómese unos momentos para alejarse del bullicio de las vacaciones y encontrar un lugar tranquilo para reflexionar. ¿Qué agradeces este año? ¿Por qué o por quién puedes dar gracias?
Es cierto que cuando te sientes abrumado o desanimado, expresar gratitud puede ser un desafío. Pero la gratitud tiene una manera asombrosa de iluminar los rincones oscuros de nuestra mente y nos ayuda a abordar la vida con una perspectiva renovada. No importa cuán difícil pueda ser un día determinado, siempre hay algo por lo que estar agradecido, incluso si se trata de un momento pasajero, un gesto amable o una sonrisa inesperada.
El Día de Acción de Gracias llega solo una vez al año. Pero, la gratitud puede estar siempre presente. Ya sea que ames las vacaciones de Acción de Gracias o esperes su rápida partida, puedes practicar la gratitud cualquier día de la semana, cualquier día del año. Una fiesta dedicada a la gratitud es bastante dulce; pero una mirada agradecida cada día es aún más dulce.