La respiración es algo poderoso, un elemento vital crucial para nuestra existencia. Aunque parezca que esto es algo que todos sabemos, creo que vale la pena echar otro vistazo a la respiración en el contexto de la práctica terapéutica. Mi propia experiencia es que, a veces, "simplemente toma un respiro" puede convertirse más en un cliché rancio y desgastado que en un recordatorio o un mantra de conexión a tierra. Sin embargo, al quitarnos el sombrero clínico, podemos preguntarnos, ¿cuándo fue la última vez que nos conectamos con nuestra respiración? Quiero decir, realmente conectado. Tal vez fue en el viaje en automóvil al trabajo esta mañana o en ese encuentro con el empleado malhumorado en su cafetería habitual que nunca parece hacer su pedido correctamente. O tal vez, ni siquiera fue un pensamiento en absoluto.

Puede ser difícil recordar practicar estas técnicas simples, pero el trabajo de respiración puede ser un recordatorio crucial de nuestra humanidad y de cómo a veces nos separamos tanto de nosotros mismos; especialmente si tenemos una tendencia a intentar vivir la vida como un “sobrehumano”, olvidándonos de extender la gracia y la compasión hacia nuestros propios defectos.

La investigación nos ha enseñado que la respiración es una acción poderosa para ayudar a conectar en el trabajo terapéutico. La respiración es también la forma más básica de cuidar de uno mismo. Este es un recordatorio importante, ya que a veces las experiencias de la vida nos impulsan a ponernos más y más chalecos antibalas, lo que en última instancia resta valor a la conexión humana que nuestros clientes necesitan de nosotros para tener éxito en su recuperación.

Hay muchas razones por las que nosotros, como humanos, necesitamos más en qué confiar para el cuidado personal que simplemente nuestro sistema nervioso autónomo; debemos involucrarnos e invertir en nosotros mismos con intencionalidad para ser la mejor versión de nosotros mismos. A pesar de haber trabajado en el tratamiento de trastornos alimentarios durante más de cinco años, todavía soy un médico relativamente nuevo y estoy aprendiendo esta práctica de "Tomar un respiro". Continuamente me encuentro corriendo hacia mis tareas y separándome de mi propio trabajo de respiración. Me siento abrumado por el día y pierdo la noción de la herramienta más simple para ayudarme con mi propia conexión a tierra, una que está disponible para mí en cualquier momento del día.

Desde mi propia experiencia, he descubierto que se ha vuelto beneficioso para mí integrar mi trabajo de respiración en momentos tranquilos, como en los viajes en automóvil a casa desde el trabajo. Y aunque normalmente es más fácil recordar esto en los días buenos y difícil en los días más difíciles, me recuerdo a mí mismo que esto es normal. Cuando recuerdo incorporar el trabajo de respiración en mi práctica diaria, encuentro que puedo beneficiarme no solo de los buenos momentos, sino que también me sorprende cómo hace que sea más fácil estar presente y comprometido durante los momentos agitados y estresantes. momentos: los momentos que tan a menudo son parte de nuestras vidas.

Con suerte, estas reflexiones sobre la respiración pueden servir como un recordatorio del poderoso trabajo que todos hacemos cada vez que respiramos; nutriendo nuestro cuerpo y mente en este proceso. Podemos evocar más cambios, corregir más errores, sanar más heridas, siempre que nos involucremos con nuestra respiración y nos conectemos con nuestro cuerpo, mente y espíritu.

Muy a menudo, todos somos capaces de más de lo que pensamos que somos si… simplemente… respiramos.