Más de 30 millones de personas en los Estados Unidos sufren de un trastorno alimentario a lo largo de su vida.

Solo alrededor de un tercio de las personas reciben tratamiento.

Al menos una persona muere como resultado directo de un trastorno alimentario cada 62 minutos.

Estas estadísticas son escalofriantes… y ciertas. Los trastornos alimentarios no discriminan. Impactan a personas de todos los géneros, razas, características demográficas, formas y tamaños. Son de gran alcance y, en muchos casos, mortales.

A pesar de lo generalizados y viciosos que pueden ser los trastornos alimentarios, están significativamente subtratados. Además, aquellos que buscan tratamiento a menudo lo buscan más tarde de lo que deberían. ¿Lo que da? ¿Cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda?

La respuesta corta es: el momento es ahora. La intervención temprana ofrece una gran cantidad de beneficios para quienes padecen un trastorno alimentario. Y, dada la alta tasa de mortalidad de estas enfermedades, esperar el tratamiento puede tener consecuencias nefastas.

Dicho esto, los pacientes, seres queridos y profesionales a menudo experimentan barreras para la intervención y el tratamiento tempranos. Rompamos algunas de esas barreras:

  1. Diagnóstico tardío. Más de la mitad de todos los trastornos alimentarios pasan desapercibidos. Los trastornos alimentarios a menudo se caracterizan por su secreto, y quienes padecen un trastorno alimentario pueden hacer todo lo posible para disfrazar los comportamientos desordenados. Los estereotipos también afectan la capacidad de ver un trastorno alimentario por lo que es: una enfermedad a menudo invisible que puede afectar a todos los géneros, todos los pesos corporales, todas las razas, todos los niveles económicos. Como resultado de estos factores, los trastornos alimentarios pueden acechar bajo la superficie y pasar desapercibidos durante bastante tiempo. Mantenga sus ojos y oídos abiertos a los síntomas. Puede encontrar una lista de signos clave relacionados con los trastornos alimentarios comunes aquí.
  2. Incomprensión de la gravedad. Las personas con un trastorno alimentario, sus seres queridos e incluso algunos profesionales clínicos pueden malinterpretar la gravedad de un trastorno alimentario. Muchos factores pueden contribuir a esta falta de comprensión: falta de conciencia y educación, negación, miedo, sentirse abrumado, vergüenza, falta de comunicación... la lista sigue y sigue. Incluso con las mejores intenciones, muchos de nosotros podemos interpretar mal la gravedad de una situación. Err en el lado de la precaución. Busque ayuda profesional o incluso una segunda opinión profesional si es necesario.
  3. Obstáculos de seguros. Lamentablemente, la falta de una cobertura de seguro adecuada puede disuadir a los pacientes y seres queridos de buscar tratamiento. Tenga en cuenta que muchos centros de tratamiento tienen una vasta experiencia trabajando con proveedores de seguros para asegurar una mayor cobertura, y algunos proveedores tienen relaciones únicas con las aseguradoras para ayudar a cubrir un mayor costo de atención. Antes de que usted o su ser querido descarten la posibilidad de un tratamiento en función del costo de la atención, busque la opinión de un especialista en admisiones que pueda guiarlo a través del proceso.
  4. Ambivalencia hacia el tratamiento. Los trastornos alimentarios pueden tener un control firme sobre quienes los padecen, afectando su bienestar físico, mental, emocional y espiritual. A veces, las personas que padecen un trastorno alimentario inicialmente no quieren mejorar, o simplemente no pueden imaginar una vida sin su enfermedad. Si usted o un ser querido están experimentando los signos y síntomas de un trastorno alimentario, comuníquese con un profesional para obtener más información sobre cómo responder a estas emociones desafiantes.

A primera vista, estas barreras pueden parecer insuperables. Sin embargo, estas barreras son insignificantes en comparación con los beneficios de la intervención y el tratamiento tempranos. Estas son solo algunas de las razones por las que la intervención y el tratamiento tempranos son tan importantes:

  1. La intervención temprana puede aumentar la velocidad de recuperación. Muchos de nosotros estamos establecidos en nuestros caminos en la vida. En términos generales, cuanto más tiempo llevamos haciendo las cosas de una manera, más difícil se vuelve probar una nueva. Esta misma lógica se aplica también a la recuperación del trastorno alimentario. Aquellos que han luchado con un trastorno alimentario durante mucho tiempo pueden ser mucho más resistentes al cambio que aquellos que han luchado antes con esta enfermedad.
  2. La intervención temprana puede reducir los síntomas después del tratamiento. Incluso cuando el tratamiento es exitoso, algunas personas experimentan síntomas continuos de su trastorno alimentario. Si bien una persona puede estar en camino a la recuperación, los síntomas continuos y los comportamientos y pensamientos desordenados pueden ser desalentadores. La intervención temprana puede reducir la aparición de estos síntomas después del tratamiento.
  3. La intervención temprana puede aumentar la probabilidad de una recuperación sostenida. La recuperación no termina cuando abandona el entorno de tratamiento. La recuperación puede ser un esfuerzo continuo, que requiere dedicación, atención plena y un sólido sistema de apoyo (entre muchas otras cosas). Debido a que el camino hacia la recuperación puede ser largo y sinuoso, mantener la recuperación puede ser un desafío después del tratamiento. Sin embargo, la intervención temprana aumenta la probabilidad de mantener la recuperación después del tratamiento.
  4. El retraso en el tratamiento aumenta el riesgo. Los trastornos alimentarios tienen la tasa de mortalidad más alta de todas las enfermedades mentales, y los trastornos alimentarios tienden a progresar en su gravedad cuanto más tiempo se dejan sin tratar. Debido a esto, el tratamiento temprano puede evitar las consecuencias físicas y psicológicas cada vez más graves y severas de un trastorno alimentario. Además, la detección e intervención tempranas pueden ayudar a evitar la necesidad de niveles de atención más intensivos.

Si usted, un ser querido o su paciente se preguntan si deben o no seguir un tratamiento, no lo duden. Dé el primer paso y obtenga una evaluación clínica sin costo para comprender mejor la gravedad del trastorno alimentario. A partir de ahí, estará mejor equipado para determinar si el tratamiento es el siguiente paso correcto. Dondequiera que esté en su proceso de consideración, sepa que no tiene que hacerlo solo. Comuníquese con nuestro equipo de admisiones en 844-573-2766 para que podamos ayudarlo a guiarlo en su camino.

Fuentes:

lacoalicióntrastornosalimentarios.org

aafp.org

NationaleatingDisorders.org